Reseña

Reseña publicada en el diario El Sol online (Mendoza) por el escritor Alejandro Frías

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POESÍA

Gabriel Jiménez, moliendo vidrio a golpe de palabras

Si hay algo que está claro es que Gabriel Jiménez no se anda con vueltas a la hora de escribir. Vidrio molido se titula su libro de poesía –publicado el año pasado en Mendoza por Carbónico y ahora relanzado por la editorial sanjuanina El Andamio–, en el que, desde el comienzo, desde la dedicatoria, para ser exactos, deja al descubierto un estado de ánimo que impregnará toda la obra.

Fuerte, duro, sangrando por alguna herida que a medias se revela, Jiménez no permite paces en Vidrio molino. Y esto no sólo desde lo que dice, sino también desde el cómo lo dice, porque a lo largo del libro se juega a quebrar el decir, transgrediendo espacios y palabras, torciendo el rumbo de los caminos que propone y obligando al lector a enderezarlo nuevamente.

Vidrio molido es exponente de un momento del autor, pero, como buena parte, representa a un todo, dejando en claro que Jiménez es una de las voces que más están creciendo (desde abajo y a paso firme) en la poesía mendocina, porque el autor se permite digresiones de las que sale victorioso.

Sin temor a exagerar, podríamos arriesgar que Jiménez representa una suerte de síntesis de lo que está sucediendo en la poesía local. La calle de Zangrandi o Rosales, la ironía y la palabra cotidiana de López o Piccolo, la búsqueda del nocaut de Drajer, el cuidadoso tratamiento del verso de Benacot son algunos de los condimentos de una poética personal que crece desde la multiplicidad y es claramente representativa de la época.